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Piensa Prensa

El negacionismo es un fenómeno social y político que se ha desarrollado principalmente en Europa. Su origen está en la puesta en duda del genocidio nazi por parte de ciertos sectores sociales.


Frente a esto surgieron las leyes anti-negacionsitas, que buscan castigar este tipo de expresiones. En algunos casos, la prohibición es relativa a la negación, justificación y relativización de los crímenes
nazi, y en otros, alcanza a todo crimen internacional. A partir de una Decisión Marco de la Unión Europea de 2008, la criminalización de ambos ha pasado a ser una obligación de sus países miembro.


Esta reacción supone un desafío para determinar en qué medida son legítimas estas restricciones a la libertad de expresión.


En el ámbito del Sistema Universal de Derechos Humanos, el Comité de Derechos Humanos ha señalado que dichas limitaciones pueden estar justificadas cuando los actos o declaraciones negacionistas constituyan discursos racistas o de incitación a la violencia y a la discriminación.


En el sistema europeo de derechos humanos, la jurisprudencia es más amplia, y ha autorizado incluso el castigo penal de la trivialización del Holocausto. Ahora bien, en la última sentencia encontrada sobre la
materia (2015 ), la Corte Europea de Derechos Humanos reafirmó la necesidad de revisar caso a caso, teniendo en cuenta el contexto histórico y geográfico, y sobre todo, distinguiendo si se trata de un puro
discurso revisionista, o si este está asociado a discursos de odio.

El origen del concepto de negacionismo
El concepto de negacionismo está estrechamente vinculado a la reacción de ciertos sectores de la
sociedad europea de posguerra, frente al genocidio perpetrado por los nazis, particularmente del
holocausto judío.

El origen de esta orientación puede rastrearse hacia finales de la década de los años cuarenta del siglo XX, cuando el historiador francés Paul Rassiner, considerado como el padre del negacionismo, lanzó por primera vez su tesis de que nunca existió un plan de aniquilación sistemática de la población judía, y que las víctimas habrían sido muchas menos que las que oficialmente se indican.


De acuerdo a Luther, se trataría de un fenómeno cultural político y jurídico que en lo medular niega “la
realidad de los hechos históricos percibidos por la mayor parte de la gente como hechos de máxima
injusticia y por tanto objeto de procesos de elaboración científica y/o judicial de las responsabilidades
que se derivan de ellos”.

Para Henry Rousso, quien acuñó originalmente el concepto, el negacionismo
debe entenderse por oposición a la historiografía científica. Mientras el primero simplemente falsea
eventos históricos, el segundo analiza y actualiza los hechos históricos a partir de la investigación
científica